La celebración de FITUR siempre es la mejor excusa para presentaciones diversas donde se visten las mejores galas “gastronómicamente “hablando.
Y eso ha hecho este año Córdoba de la mano de cinco chefs, cinco de sus DO y sus propuestas. La cosa está como está y dentro de la feria poco se podía hacer este año por lo que fuimos citados en el Kitchen Club de la calle Orense.
Ni que decir tienen que se siguieron todas las normas de seguridad (mesas de cuatro comensales, distancia, gel… etc) y con el tema de la comida se hizo una propuesta perfectamente válida y muy sorprendente. Una gymkana . (se escriba como se esciba)
Para ello había puestos que se iban moviendo con los productos de cada denominación. En veinticinco minutos se hacía cata con el producto ( AOVES de Lucena, Baena, Priego, Vinos Montilla Moriles y Jamón DO Los Pedroches) para luego comer el plato elaborado con ese producto por un cociner@.
En mi mesa comenzamos por la cata de vinos: fino y amontillado que acompañó una Molleja de cordero, crema de coliflor, yema curada en PX y caviar. La recomendación para este plato era por supuesto, el amontillado. Destacó la molleja y aportó a la crema toques de frutos secos que se agradecieron mucho. Lo mejor del plato de Antonio Jiménez (Taberna La Montillana) fue el toque de la yema curada, redondeaba el plato.
El segundo turno tras la cata de los aceites DO Baena es para Perico Ortega de Recomiendo (uno de los restaurantes más demandados últimamente). Su paseo por Córdoba del sur al norte no dejó a nadie indiferente: el bombón de salmorejo al AOVE es una explosión en boca que despierta todos los sentidos. Estaban también el canelón ibérico con emulsión de AOVE, y el Remojón de callos de bacalao. Pequeños bocados con una gran presentación que demostró la variedad de platos que se pueden tomar en la ciudad de los califas.
Kisko García del restaurante El Choko (estrella Michelin) presentó una Cigala en amarillo con DO Lucena. Delicadeza, sobriedad, equilibrio y producto en un plato que invita a tomarte tres más.
Llegamos a la cuarta estación. Es divertido ver cómo se van moviendo por el salón (cada estación atiende a dos mesas por lo que el trato es cercano).Le toca el turno a la DO Los Pedroches con Juan Manuel al mando. No es la primera vez que coincido con él, un profesional que te hace valorar el producto como se merece. Maravillosa cata y explicación en los apenas diez minutos que dispone.
Aquí quien sorprende con el mejor plato de la noche (por lo menos bajo mi criterio), es Paco Villar del restaurante Terra Oleo.
Jamón de Bellota, oloroso y hierbabuena, todo elaborado con distintas las partes del jamón. Con la pata sencillamente se sacó de la manga un caldo que era para pedir garrafa de tres litros directamente. Sublime. Acompaña una especie de airbag con jamón que eleva su sabor al infinito, destacando los frutos rojos.
Termina para mí la noche con el Gazpacho cremoso de zanahoria escabechada y caballa semicurada de Adrián Caballero (Restaurante La Regadera). No era precisamente el plato para finalizar, pero la rotación ha hecho que nos tocara en último lugar. En cambio a mí me pareció perfecto este final, las notas ácidas era muy refrescantes por lo que limpian boca.
He de decir que Adrián fue muy amable y me explicó paso por paso la receta del Gazpacho de zanahoria.
Por razones que no vienen al caso no pude quedarme al postre (Pastel cordobés 100%bellota) peor han comentado que también fue un éxito
Una vez más Córdoba presume de gastronomía y motivos tiene para hacerlo. Dispone de los productos, la cultura, tradición e historia de un recetario rico y variado. Y también de las manos que elaboran sus versiones magistralmente.
¡Enhorabuena a todos por la iniciativa y el trabajo!