Y un año más acabó Fitur. La Feria Internacional del Turismo tenía este año el objetivo de demostrar que el mercado se está recuperando.
Siendo el turismo el motor que lleva a este país adelante era importante ver qué pasaba y cómo se movía, tomar el pulso al sector y sobre todo, intentar averiguar las tendencias de este año.
El asalto masivo a las degustaciones de Corte de Jamón es una experiencia que hay que vivirla para creerla. Sólo decir que estuve hablando con un Maestro Cortador que nos comentó que, tras la experiencia del año pasado, decidió organizarlos en una fila india y dar un trozo por persona. El motivo ya no era económico, si no por seguridad personal Las personas que se abalanzaban sobre el jamón, en el mismo proceso del corte, eran tantas y tan invasoras que llegaban a poner la mano justo debajo del cuchillo, con el evidente peligro.
Este año, en el stand de Almería una señora directamente me arrebató un trozo de queso dándome un manotazo, eso sí, se llevó el mío y tres más. Me la encontré en otros tres stands más, ejercitando la misma técnica. Lo dicho, ya se han vuelto muy experimentados y peligrosos. Las anécdotas de Fitur.
También tuve la oportunidad de reencontrarme con grandes productos y descubrir otros nuevos.
Del mismo modo, pude saludar a antiguos compañeros y colaboradores, alegrarme de sus éxitos y nuevos proyectos, compartir unas risas. También hubo tiempo para los nuevos conocidos quienes, a fuerza de seguirlos por televisión, ya casi parecen de la familia.
El año que viene más Fitur y, esperemos, que mucho mejor para todos.